domingo, 16 de abril de 2017

¿Y si aquí también evaluaran a los profes así?

Voy a empezar contando una historia real, no con la intención de que se copie en este país ni nada parecido, solamente para que algunos puedan plantearse la situación e imaginar qué podrían encontrarse.

Tengo una amiga de juventud que es profesora en una universidad privada de Boston, en USA. Afortunadamente a pesar de la distancia no hemos perdido el contacto y gracias a ello he podido conocer algunas de sus experiencias.

En cierta ocasión hace años, me contó el "mal trago" que le tocó pasar el primer curso que dio clase. Casi al finalizar el mismo, tuvo que pasar a sus alumnos (universitarios de 18-19 años, aclaro que no estamos hablando de adolescentes o niños para que no penséis que las respuestas son de esos grupos) una especie de encuesta, que en realidad era una evaluación de sí misma. En ella, se pedía a los alumnos que de forma anónima dieran su opinión sobre su labor educativa. Una vez repartidos por ella misma y recogidas las respuestas igualmente por ella misma, tenía que llevarlas al despacho del director y leer cada una de esas opiniones delante de él. El trago fue difícil porque tuvo que leer ante su jefe (recuerdo que es una universidad privada) lo que sus alumnos pensaban de ella y entre todo esto había cosas como:
"No me gusta su manera de vestir", "odio su acento", "no me gusta su manera de dar clase"....y también algunas cosas buenas evidentemente, pero a ella en ese momento, las críticas hacia su persona le molestaron y le hacían dudar de si perdería su trabajo. Al terminar de leer todo, el director le preguntó: "Bien, y a ti ¿qué te parecen todas estas opiniones?" Ella contestó algo así como que, lo de su acento era muy difícil evitarlo y que pensaba que su manera de vestir no tendría que ver con su manera de dar clase, que debía mejorar esas cosas que le decían que no les gustaba al dar clase, y que algunas criticas parecían simplemente quejas por poner algo.
El director le dijo que, evidentemente, no iban a despedirla por su forma de vestir o por su acento, que lo que tenía que quedarse eran las quejas justificadas a las que podía poner remedio, es decir, mejorar en aquello que eran varios alumnos los que coincidían y continuar con lo que estaba haciendo bien.

Creo que fue hace un par de años, nos sorprendió un profesor de mi hijo mayor que, por su propia cuenta, hizo algo parecido. Mi hijo me lo contó porque sabía lo de mi amiga. Como a este profesor nadie se lo exigía, leyó las respuestas anónimas ante los propios alumnos (estos sí, de secundaria). Mi propio hijo venía asustado diciendo: "Ufff, mamá, es que algunos se pasaron, le dijeron que no les gustaba que siempre llevara una camiseta negra, que no les gustaba que estuviera gordo" ¡Qué valor el de ese profe! ¿No creéis? Pasar ese trago sin necesidad. Bien, pues luego, evidentemente, también respondió a sus alumnos, les dio la razón en cosas como que era demasiado exigente con la puntualidad y que intentaría mejorarlo porque reconocía que era cierto, ante algunos puntos referentes a que no les gustaba la manera de dar clase, pidió respuestas, pidió que se explicasen más y dijeran que era lo que no les gustaba y cómo creían que podía mejorarlo y, por supuesto, les dio también una lección educativa por la falta de respeto ante un sobrepeso cuyas causas desconocen y que no tiene que ver con su faceta de profesor.

Todo esto ¿por qué? Pues porque he vuelto a reflexionar sobre las notas, sobre lo que hago bien o mal, sobre si soy yo la que se equivoca y sobre como puedo convencer a mis hijos de que esos números y papelitos son lo que se pide por ahí....después pienso que, cuando tienes esos papelitos y los números, a veces tampoco sirve si no tienes otras cosas.

El último día de clase del pasado trimestre, el mayor recogió sus notas con un toque de su tutor delante de sus compañeros y los padres de los que se habían ido a la excursión de fin de curso, que evidentemente no le gustó nada. Al entregarle las notas le dijo, en palabras de mi hijo :

"Me tienes que demostrar las altas capacidades, estas notas son de un alumno mediocre..." 

¿Qué le dirían sus alumnos si le evaluaran a él? Seguramente se quedaría con las respuestas de los alumnos pelotas que siempre los hay ¿verdad? A nadie nos gusta que nos digan lo malo....a los alumnos de altas capacidades tampoco y menos delante del resto del mundo. Mi hijo que ya no se calla, se la jugó contestando "gracias a mi mediocridad los demás pueden destacar" y de este modo, que al profesor puede no parecerle la mejor actitud, se comportó aguantando otra posible respuesta más merecida.

Ya había salido y estaba conmigo pero entró de nuevo porque no estábamos seguros de si su hermano salía antes también ese día y, por primera vez, fue consciente de lo que era en realidad este sistema educativo para el que no está hecho y en el que no puede creer ni él ni nadie ya. Vino reflexivo (no sé si es exactamente esta la palabra) y sorprendido diciendo: "Mamá, es alucinante, montones de alumnos llorando por los pasillos por unas notas, por unos números que en muchas ocasiones deciden como les da la gana...esto no es normal ni justo". Llegó a casa y compartió su opinión en redes sociales, con faltas de acentuación porque lo hizo desde el móvil y le dio lo mismo en ese momento (aunque yo se lo hice saber después) pero, se expresó con tanta sinceridad que quizá es cierto que no importaba nada más. No es el único que piensa así, pero no todos tienen la valentía de decirlo, queremos un mundo mejor, un futuro mejor, que crean en ellos mismos y les hacemos ver que no sirven de nada, ni ellos, ni sus esfuerzos, ni sus valores, ni como personas...no sé como puede salir alguno con una buena autoestima. 
Mi hijo decidió que él también se iba a tomar unas vacaciones para descansar como harían sus profes, algunos de los cuales todavía no le han dado los exámenes corregidos con estas palabras:

"Hoy he sido testigo,del producto más triste del sistema educativo que tenemos implantado hoy en día: Decenas de alumnos y alumnas llorando por los pasillos del instituto por las notas, cómo pueden prepararnos para un futuro,haciéndonos llorar por unos números que no dejan de ser nada mas que eso,números. ¿Acaso la vida no es lo suficientemente cruel con cada uno de nosotros? Personalmente pienso que ya hay suficientes problemas,no digo esto porque esté descontento con mis notas ni quiero que nadie lo interprete mal, lo único que digo es que deberían plantearse cambiar las cosas,porque no puede ser que los alumnos pasemos 9 meses al año (si no son mas) sin poder vivir para sacar unos "númeritos" más altos. Con la excusa de que tenemos toda la tarde para hacer deberes, la misma tarde tienen ellos para corregir exámenes y tardan semanas,incluso meses... luego tienen la indecencia de mirarte a la cara diciendo: es que podéis dar mucho mas,o como me han dicho a mi: "Me tienes que demostrar las altas capacidades,estas notas son de un alumno mediocre..." valiente yo que en vez de partirle la cara,le he dicho que gracias a mi mediocridad los demás pueden destacar,no soy ningún héroe ni mucho menos,no me malinterpretéis, lo único que tengo claro es que nadie me hará llorar por unos números. Ale,a ser felices" 😂"


Sé que lo va a tener difícil, sé que en lugar de ayudar seguirán poniendo zancadillas, sé que, como he dicho desde primaria, el castigo que pagan nuestros hijos por tener altas capacidades es el fin del refuerzo positivo para pasar a la exigencia negativa, nada es nunca suficiente y nada está nunca bien y, a veces, incluso he pensado que, tal vez, (y sé que muchos lo hacen, y lo importante que es tener un puesto relevante porque también los profes hacen la pelota) con un poquito de dinero podría ayudar y seguir perpetuando nuestras reformas educativas y laborales como en este famoso vídeo de hace un tiempo con el que quiero poner la nota de "humor" al final de esta entrada:

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